Vida de perro

 


4- EL DESENTIERRO DE BETTY


Durante días los que salieron ilesos siguieron

buscando a sus vecinos y amigos

fue difícil

ya que ni siquiera lo árboles estaban en los mismos sitios.

No vuelve la electricidad aún y de noche todo permanece 

quieto como en un cementerio.

Saben que hay gente debajo de la tierra

pero no 

donde deben clavar sus cruces.


II

La casa de Charles y Betty quedó partida justo a la mitad.

Desde el hueco donde antes estaba el living se pueden ver ahora 

las habitaciones y el baño

con un metro de lodo en las ventanas

como la vez que nevó durante 15 días sin parar.

Sólo queda en pie la chimenea de ladrillos y troncos 

ni los pisos de mosaicos negros y blancos

están en su sitio

esos que tantas veces contaron dando pasos de baile.

La mitad que falta de la casa se llevó a Betty.

Wiston escarba en el lodo del living

como diciendo

alguna vez estuvo aquí.


III

Donde el terreno se quiebra de golpe y hay una hilera de pinos

plantados hace años 

para contener el suelo

ayer encontraron entre otras cosas

el Plymouth Superbird de Helen

primero vieron una de las ruedas 

luego 

parte de la cola

estaba patas arriba 

enterrado

como una inmensa tortuga muerta

junto a él estaban también sus macetas

un tender

y la cucha hecha astillas de su perro.

Más tarde

cavando 

encontraron también su correa

y el resto de su jardín.


IV

Todo quedó barrido colina abajo

como si una gran mano hiciera lugar sobre una mesa.

Como si alguien quisiera desplegar sobre el lugar

un nuevo plano y para ello 

apartará las cosas.

La máquina de quitar la nieve quedó volcada 

a metros de la interestatal y junto a ella 

un auto blanco irreconocible.

Jimmy se recuesta contra él a fumar 

justo cuando una enorme caravana amarilla

asoma en la ruta

y el humo de las excavadoras parece mezclarse

con el de su cigarrillo.


V

Hoy dieron con Betty. En verdad

fueron las púas de las excavadoras.

Junto al barro ya seco 

extrajeron parte de su ropa. 

Charles se quedó en silencio

parado en mitad de la nada

como si ahora todo fuera lo mismo.

Todos hicieron silencio.

Sólo los perros comenzaron a aullar

como si fueran lobos

como si la leve llovizna que comienza a caer

fuera la mayor de las nevadas.

Wiston cava junto a las excavadoras

como queriendo desenterrar el pueblo.


                  Carlos Gallegos. escritor...

                   edición Árbol Animal.

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